Según un informe de la Dirección Nacional de Ciberseguridad de Argentina, más del 40% de las empresas declararon haber sido víctimas de ataques cibernéticos. A medida que las organizaciones incrementan la dependencia de los medios digitales, estos números van en aumento por lo que cada vez es más necesario organizar una estrategia de Attack Surface Management (ASM) para proteger los activos de las empresas.

En este reporte, las compañías indicaron que las principales formas de ataque fueron el phishing y el ransomware, es decir, robo de datos a través de métodos fraudulentos seguidos de extorsión para la recuperación de esa información.

En ese sentido, las superficies de ataque de una compañía son cada vez más amplias y es importante elaborar una estrategia eficaz para defenderse de los peligros. 

¿Qué es exactamente una superficie de ataque?

Para simplificar, es cualquier punto conectado a Internet por el que un hacker podría acceder a los sistemas de una compañía. Esto incluye objetos físicos como módems, teléfonos o impresoras y elementos digitales como Apps, redes sociales y la nube, entre otros.

Por ejemplo, de no controlarse, el simple acceso a un sitio web puede poner en peligro las defensas de una empresa si no se toman las medidas de protección necesarias.

La superficie de ataque está en expansión constante debido a que la dinámica de los entornos digitales y la aparición de nuevas amenazas es permanente. Por eso implementar una estrategia de Attack Surface Management es un trabajo continuo, que requiere de mejorar la visibilidad de los riesgos y reducirlos para consolidar la postura de ciberseguridad de la empresa.

Los puntos de acceso por los que un hacker podría ingresar son varios. Por eso el primer paso para aplicar ASM es descubrir y clasificar los lugares vulnerables.

¿Cuántos tipos de superficie de ataque existen?

Las superficies de ataque son una puerta de entrada a los sistemas de una compañía y es muy importante tenerlas vigiladas. Acciones simples que requieran acceder a la red, como descargar un archivo o una APP, pueden dejar expuesta la seguridad. A continuación, te contamos cuáles son las superficies primordiales a tener en cuenta.

Externas

Cualquier acceso a la red que sea ajeno al flujo de trabajo de la empresa es seguramente la superficie más difícil de controlar. Es importante mantener vigilado el ingreso a sitios web, a la nube e incluso a redes sociales para evitar ser víctimas de brechas y robos de datos.

En ese sentido, uno de los métodos de hackeo que más sufren las empresas es el phishing, es decir, el uso de sitios o links falsos enviados por correo electrónico para el robo de información por la que luego se pedirá un rescate. Para lograr una estrategia eficaz de ciberseguridad es clave entender estas amenazas. ¡Te invitamos a conocer más sobre el phishing en nuestra base de conocimiento!

Interna

Se refiere a elementos que sean propiedad de la compañía y que funcionen como un acceso a sus sistemas. 

Cibernética

Esto corresponde enteramente a la digitalidad de la compañía: software, datos y archivos almacenados en la nube. Es quizás la parte más sensible del entorno ya que es el objetivo principal de los hackeos y otros ciberdelitos por lo que todos los esfuerzos de la gestión de superficie de ataque debe centrarse en defender estos elementos.

Entonces…¿cómo funciona ASM?

En primer lugar, es muy importante tener un mapa de los lugares vulnerables que pueden ser sometidos a amenazas por lo que se debe investigar y descubrir estos puntos. A partir de allí, deben clasificarse estas amenazas según el tipo de riesgo para luego pasar a la etapa de resolución en la que se creará una estrategia a implementar.

Descubrimiento

Para entender cuál es la mejor estrategia a aplicar para reducir la superficie de ataque, primero se debe descubrir todos los activos conectados a Internet que tiene la compañía. Existen al menos 3 tipos:

 

    • Activos conocidos: Esto incluye computadoras, celulares, módems y otros elementos que son propiedad de la compañía y que están dentro del flujo de trabajo diario.
    • Activos desconocidos: Es decir, cualquier dispositivo o software conectado a Internet que no sea de la compañía y de los que no se tiene un conocimiento completo. Pueden ser sitios web ajenos a la gestión como portales de noticias, Apps externas, celulares, redes sociales, etc, que son una puerta de ingreso para cualquier atacante.
  • Activos de proveedores: Cualquier sistema o software de otras compañías que se utilizan en la gestión diaria.

 

Una forma eficaz y muy utilizada para descubrir las superficies vulnerables es simular un ataque exterior. Esto ayudará a encontrar los puntos por lo que podría ingresar un hacker y entender cuál es la mejor forma de gestionarlos.

Clasificación

Una vez identificadas todas las superficies de ataque, la segunda etapa consiste en una clasificación de riesgos y vulnerabilidades. Se debe crear un mapa de peligros para entender el contexto y la posición en la que se encuentra la compañía frente a amenazas externas.

La fase de clasificación requiere de un análisis de prioridades para entender qué debe resolverse con mayor rapidez y organizar la estrategia de la manera más eficiente posible.

Resolución

Una vez descubiertas y clasificadas las superficies, se trabajará en implementar la estrategia de ciberseguridad más adecuada. A partir de esta etapa, se deben establecer protocolos para mitigar los riesgos y remediar las brechas en los activos de la compañía.

Además, es clave mantener una revisión constante para mantener la eficiencia de la gestión de la superficie de ataque ya que siempre pueden aparecer nuevos riesgos. Para esto pueden utilizarse herramientas que contribuyan a detectar los puntos vulnerables y automatizar el proceso.

¿Por qué es importante gestionar las superficies de ataque?

Hoy en día es casi imposible mantenerse desconectados. Ingresar a sitios web, recibir correos electrónicos y descargar archivos son acciones que pueden poner en riesgo la seguridad de nuestra información. 

Para contener las amenazas eficientemente es importante contar con una estrategia de ciberseguridad. En ese contexto, la gestión de la superficie de ataque juega un papel crucial, ya que implica un monitoreo constante de todos los sistemas y conexiones a Internet.

Este tipo de técnica no solo previene posibles accesos indeseados, sino que también asegura que las empresas puedan operar con confianza, con sus datos y sistemas protegidos todo el tiempo. Implementar una gestión proactiva de la superficie de ataque es fundamental para mantener la integridad y la privacidad de la información.

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