Según el Informe de Defensa Digital anual de Microsoft, la cantidad de hackeos por robo de datos o ransomware aumentó un 74% durante el 2022 en los países de Latinoamérica. De esta manera, se confirma una alarmante tendencia al alza en cibercseguridad, en tiempos en los que la transformación digital y la rápida adopción de dispositivos con acceso a internet incrementaron considerablemente la superficie de ataque en el mundo digital.

Por otro lado, para 2023 se espera un año récord de notificaciones de violaciones de la ciberseguridad, no sólo por la sofisticación de los actores de las amenazas, sino también por los grandes cambios en el mundo que afectarán a la capacidad de una organización para mitigar, remediar o prevenir un problema.

Ante este escenario, las empresas están más expuestas que nunca a ser víctimas de ataques que pueden ocasionar desde la filtración de datos hasta el compromiso de toda su infraestructura. Actualmente, anticiparse a los ciberataques es una necesidad para las compañías y debe convertirse en un proceso tanto continuo como adaptable.

Para definir y planificar una estrategia de ciberseguridad eficiente y abordar el aumento de ciberdelitos, es fundamental conocer antes qué tipos de ataques están en alza. Asimismo, contar con información precisa y actualizada acerca de los principales riesgos cibernéticos que una organización puede enfrentar.

En este artículo te contaremos cuáles son los principales desafíos de ciberseguridad que tomarán relevancia este 2023 y cómo crear una estrategia eficiente para afrontarlos.

Desafíos de ciberseguridad para 2023

La transformación digital que comenzó en la pandemia y se extiende a la actualidad causó que la ciberseguridad sea hoy en día más riesgosa, costosa y complicada para las empresas.

Para 2023, se espera que los ciberataques en organizaciones continúen en alza y las organizaciones se enfrenten a riesgos cada vez más sofisticados y difíciles de identificar.

Conocer las principales tendencias de ciberseguridad para este año, capacitarse acerca de los nuevos delitos y poder anticiparse a potenciales amenazas puede traer alivio para las empresas.

A continuación, te presentamos cuáles son los principales desafíos de ciberseguridad que las organizaciones deberán enfrentar durante 2023.

Ciberseguridad

Aumento de ciberataques coordinados

En 2023 veremos un aumento en la actividad coordinada de los entornos materiales y cibernéticos dirigidos a la infraestructura crítica. 

En el sector privado, la seguridad de los dispositivos físicos de los usuarios frente a ataques coordinados que se aprovechan de los sistemas IoT (Internet de las Cosas) u OT (tecnología de las operaciones) será una preocupación clave. Por eso, es importante que los centros autónomos de fusión de seguridad que combinen elementos cibernéticos y materiales puedan actuar como un sistema de alerta temprana para detectar y responder a estos ataques. 

Asimismo, la combinación de los equipos de ciberseguridad y los equipos in situ puede ayudar a coordinar las respuestas.

Phishing geodirigido

El phishing seguirá siendo una de las principales amenazas a las que se enfrentarán los usuarios. Este tipo de ataque consiste en engañar y manipular personas; y resulta altamente efectivo para conseguir robar información o instalar malware en sistemas empresariales. 

Para 2023 se espera una evolución hacia el “phishing geodirigido”, en el que los mensajes serán cada vez más elaborados y los clickbaits más relevantes, con lenguajes característicos de distintas industrias o marcas, haciéndolos mucho más difícil de detectar que el phishing tradicional.

Deepfake

El uso de inteligencia artificial (IA) se ha popularizado para distintos fines, incluyendo lúdicos y recreativos. Sin embargo, su uso indebido ha prendido las alarmas de los equipos de ciberseguridad, ya que por medio de la IA se puede crear, modificar o falsificar contenido de audio y visual con resultados bastante creíbles. Esto se conoce como deepfake, y ha logrado que circulen narraciones cautivadoras y engañosas para que los ataques de ingeniería social sean aún más efectivos.

Internet de las cosas

En los próximos años, se espera que haya más de 64 mil millones de dispositivos desplegados y conectados a distintas redes empresariales, industriales y personales, ampliando la cantidad de puntos de entrada disponibles para los ciberataques. 

Los pocos controles de seguridad en equipos como sensores, escáneres, vehículos, cámaras, relojes inteligentes, aumentarán en el 2023 las oportunidades de ataques exitosos. Frente a esta amenaza, es necesario que los dispositivos se sometan a pruebas de seguridad continuas que permitan encontrar las vulnerabilidades, para así entrar a minimizar el riesgo que estas representan.

Aumento del malware y de los exploits de hacking

El ransomware, uno de los principales ciberataques que cobró relevancia durante 2022, continuará creciendo con grupos criminales más pequeños y ágiles. 

Los intentos de phishing contra cuentas de correo electrónico son una amenaza cotidiana, y en 2023 los ciberdelincuentes ampliarán su objetivo con exploits de phishing a herramientas colaborativas (como Slack, Teams, OneDrive o Google Drive), que son fuentes de datos sensibles.

¿Cómo pueden las organizaciones abordar estos desafíos de ciberseguridad?

Las organizaciones pueden no conocer todos los tipos de ataques que existen. Sin embargo, es muy útil y eficiente contar con herramientas que eviten poner su información en manos equivocadas.

Luego de conocer cuáles son los desafíos de ciberseguridad que las organizaciones enfrentarán durante este año, te contamos ahora sobre una serie de medidas que cualquier empresa debe tener en cuenta para enfrentar estas amenazas.

Adoptar un enfoque Zero Trust

Este modelo es una de las prácticas más recomendables para implementar una estrategia de ciberseguridad adecuada a los entornos de trabajo híbridos y remotos actuales, donde la seguridad del dispositivo y la red es ambigua, y se vuelve fundamental adaptarse a un diseño de acceso fuerte y de autorizaciones constantes.

Este concepto propone que cada solicitud de acceso esté fuertemente autenticada, autorizada e inspeccionada dentro de las restricciones de la política con el objetivo de establecer estrictas medidas de seguridad en toda la red. 

Adoptar estas buenas prácticas implica definir políticas de seguridad, reconfigurar o implementar diversas soluciones de protección (para control de accesos, resguardo de datos, segmentación de redes y monitoreo, entre otros), además de trabajar en la evolución de la cultura organizacional.

Monitorear la red constantemente

Estar al pendiente de los ambientes tecnológicos y procesos que se llevan a cabo dentro de la organización es fundamental. Un componente necesario de cualquier estrategia de ciberseguridad se centra en el monitoreo de la infraestructura, los usuarios y las aplicaciones para corroborar que se desarrollan de manera eficiente y según lo preestablecido.

Además, es clave realizar un análisis constante de las actividades sospechosas que puedan indicar o alertar de un potencial ataque a las redes, servidores o aplicaciones que generan tráfico en la red de la empresa.

Capacitar a los colaboradores

El eslabón más débil en un sistema de seguridad es el humano, por lo cual resulta imprescindible capacitar y recordar habitualmente a los empleados que estén atentos a signos reveladores de un potencial ciberataque. 

Actualmente, los temas más recurrentes en materia de ciberseguridad son el phishing y la seguridad en la web. Es crítico que los colaboradores entiendan lo que sucede si no se comprometen con esta temática. Por eso, son necesarias las capacitaciones constantes, con pruebas y evaluaciones.

Gestionar los riesgos e implementar un plan de respuestas

La gestión de seguridad basada en riesgos se trata de clasificar y evaluar las potenciales amenazas para tomar las medidas adecuadas de protección. La gestión del riesgo cibernético no es un evento único, sino que debe incorporarse como parte de un proceso de revisión continuo para que sea efectiva.

Una vez conocidos los riesgos, es importante implementar un plan de mitigación y de respuesta a incidentes para actuar de forma adecuada en cada caso. Es decir, no solamente prevenir sino también saber cómo responder ante un ataque. 

Las instrucciones del plan de respuesta permitirán al personal de la empresa detectar, enfrentar y recuperarse ante incidentes de seguridad.

Mantener actualizados los equipos

Los sistemas obsoletos son una de las principales causas de las incidencias de ciberseguridad y la puerta de entrada para cualquier ataque. Y, para evitarlo, es muy útil contar con parches y actualizaciones para los sistemas operativos, ya que son una medida preventiva para garantizar la ciberseguridad: Por eso, es fundamental  realizar las actualizaciones de software que,a menudo, aportan mejoras de seguridad, corrección de errores y nuevas funciones. 

Contar con un backup eficiente

Es necesario contar con un buen respaldo para acelerar la vuelta a la actividad y aportar tranquilidad ante posibles incidencias o pérdidas de datos. Lo primordial ante un ciberataque es asegurar que la información vital de la organización se encuentre a salvo y, ante una incidencia de ciberseguridad grave, las soluciones de backup permitirán que la compañía recupere la actividad.

Asimismo, es fundamental realizar pruebas periódicas de recuperación para saber si el backup es eficiente y si es posible recuperar la información por completo. Ninguna estrategia de ciberseguridad va a funcionar si no se tiene un plan de continuidad de negocio y recuperación frente a un desastre.

Enfrenta los desafíos de ciberseguridad con una estrategia eficiente

Sin dudas, en este 2023 las empresas tendrán que reforzar su estrategia de ciberseguridad para poder enfrentar el exponencial aumento de ciberdelitos. Proteger los activos de las organizaciones ya no es una opción, sino una necesidad.

En Xelere contamos con un equipo de profesionales que puede ayudarte a gestionar tus estrategias de ciberseguridad. Contáctanos para obtener más información. ¡Te esperamos!